¿Qué es el injerto óseo? ¿Cuándo y para quién es necesario?

Reconstrucción ósea para implantes dentales: solución para pérdida ósea tras extracción o enfermedad periodontal. Técnicas como elevación de seno y aumento lateral, con diagnóstico mediante tomografía 3D. Factores clave: tiempo, material óseo y hábitos como el tabaquismo.

¿Qué es la reconstrucción ósea?

La cantidad y calidad del hueso maxilar puede verse influenciada por varios factores. Cierto factores genéticos determinan el tamaño de los huesos maxilares, por lo que el ancho y alto del arco alveolar pueden variar. Un factor anatómico importante es la extensión de las cavidades nasales, que en la región de los molares y premolares puede alcanzar el área entre las raíces de los dientes.

Si en la región de los dientes faltantes la altura o anchura del hueso maxilar no es suficiente para insertar un implante, se requiere una intervención de reconstrucción ósea.

En general, se necesita aproximadamente 6 mm de ancho y 10 mm de altura ósea para insertar un implante de forma segura. A través de diversas técnicas de reconstrucción ósea, tanto el ancho como la altura del hueso pueden aumentarse.

La reconstrucción ósea tiene múltiples técnicas, el hueso puede ser obtenido de hueso autólogo (por ejemplo, de la región posterior del maxilar inferior o en casos extremos, de un bloque óseo de la cadera) o mediante materiales óseos sintéticos o matrices óseas inorgánicas derivadas de bovinos.

Además de los materiales utilizados, existe una amplia gama de técnicas para la reconstrucción ósea. El profesional que realiza la reconstrucción ósea decide los materiales y técnicas según la situación anatómica específica.

Para esto, es esencial realizar previamente una tomografía 3D (CBCT), mediante la cual se puede diagnosticar claramente el volumen óseo disponible.

¿Por qué se resorbe el hueso?

Después de la extracción o pérdida de un diente, los huesos maxilares no reciben carga, por lo que la fuerza de masticación no se transmite a través del tejido periodontal al hueso. Esto hace que deje de existir la señal que mantiene la remodelación ósea, y el hueso comienza a resorberse.

La resorción ósea es más significativa en el primer año, por lo que es muy importante no dejar pasar mucho tiempo entre la extracción del diente y la colocación del implante.

De lo contrario, es probable que sea necesario realizar una reconstrucción ósea si se desea insertar un implante para reemplazar el diente faltante.

En ciertas enfermedades, el hueso puede comenzar a resorberse incluso antes de la extracción del diente. Un ejemplo de esta patología es la enfermedad periodontal.

Enfermedad periodontal provoca la pérdida progresiva del hueso que rodea al diente debido a la inflamación. En casos avanzados, si el tratamiento convencional no es efectivo, es mejor extraer el diente con pronóstico desfavorable para prevenir la resorción ósea adicional.

No solo la periodontitis (enfermedad periodontal), sino también otras patologías, infecciones de origen dental, abscesos, quistes, pueden provocar defectos óseos y pérdida ósea.

Diferentes traumatismos, accidentes, o extracciones dentales realizadas sin suficiente precaución también pueden provocar pérdida ósea si se daña el alveolo dental.

Cuándo y por qué es necesaria la reconstrucción ósea

A través de un examen de tomografía 3D (CBCT), se puede diagnosticar claramente la cantidad de hueso disponible. En muchos casos, no hay suficiente hueso para insertar un implante (tanto el ancho como la altura del hueso influyen en la colocación del implante).

Si el volumen óseo disponible no es suficiente, existen varias técnicas rutinarias para crear un hueso adecuado para los implantes. Para evaluar con precisión la cantidad y calidad del hueso, es necesario realizar una tomografía dental especializada (CBCT).

En general, se puede afirmar que mediante diferentes métodos y materiales se crea un entorno o marco que permite iniciar el proceso de osteogénesis.

El método más común es el uso de materiales óseos comerciales, que suelen ser de origen animal (vaca, cerdo). También están disponibles materiales óseos humanos y sintéticos.

Estos materiales óseos se someten a procesos especiales que garantizan su esterilidad y no representan riesgo alguno al utilizarlos.

El material óseo por sí mismo crea el espacio donde posteriormente puede crecer el tejido óseo propio. Están disponibles en diferentes tamaños y granulometrías, con tiempos de resorción variables, siendo generalmente más rápida en los materiales sintéticos.

En reconstrucciones óseas más grandes, se mezcla el material óseo con fragmentos de hueso autólogo, que se recogen durante la preparación del lecho óseo o se obtienen del área quirúrgica mediante raspadores óseos.

La esencia de esta técnica es que el hueso autólogo contiene múltiples factores de crecimiento que facilitan el proceso de osteogénesis.

¿Cómo se realiza la reconstrucción ósea y cuánto tiempo dura?

Levantamiento de seno (elevación del seno)

En la región de los dientes superiores, los raíces dentales suelen estar separadas del piso del seno maxilar por un delgado estrato óseo de solo unos milímetros de espesor.

Después de la extracción de los dientes, la cantidad de este hueso delgado disminuye aún más.

En los casos en que la altura ósea en la región de los molares y premolares del maxilar superior no es suficiente, es necesario elevar el seno para crear un volumen óseo adecuado para la colocación de implantes.

Levantamiento de seno cerrado (elevación del seno cerrada)

Técnica quirúrgica utilizada en casos de pérdida ósea menor, donde se eleva la mucosa del seno a través de un orificio previamente preparado para insertar el material óseo.

Después de esto, se coloca el implante. Existen múltiples métodos para separar y elevar la mucosa del seno a través del orificio.

Con el levantamiento de seno cerrado, generalmente se puede ganar solo 2-3 mm de altura ósea.

La cirugía, junto con la colocación del implante, dura aproximadamente 1 hora.

Levantamiento de seno abierto (elevación del seno abierta)

Procedimiento quirúrgico para la reconstrucción de grandes defectos óseos, donde se prepara una ventana ósea en la pared externa del maxilar superior a través de la mucosa.

A través de esta ventana, se eleva cuidadosamente la mucosa que cubre el piso del seno.

El espacio resultante se rellena con material óseo a través de la ventana, y finalmente se cierra la ventana con una membrana especial o simplemente con el tejido gingival.

Si la altura ósea alcanza los 4-5 mm, el levantamiento del seno puede realizarse simultáneamente con la colocación del implante.

Si la altura ósea no alcanza los 4-5 mm, generalmente se deben realizar la reconstrucción ósea y la colocación del implante en sesiones separadas. Primero el levantamiento del seno, y aproximadamente 6 meses después la colocación del implante.

Es importante que el seno esté sano. En casos de infección crónica o múltiples infecciones del seno, el levantamiento de seno está contraindicado.

Los molestias postoperatorias son generalmente leves, aunque ocasionalmente puede ocurrir epistaxis. Durante las semanas posteriores a la cirugía, está estrictamente prohibido estornudar o realizar actividades que aumenten la presión en el seno (por ejemplo, levantar objetos pesados).

El levantamiento de seno abierto puede realizarse en 1-2 horas, dependiendo de la complejidad del caso, y el tiempo de cicatrización es aproximadamente de 6 meses.

Además del levantamiento de seno, existen otras técnicas de reconstrucción ósea. En general, el objetivo de estas técnicas es aumentar la altura o anchura del hueso en el lugar donde se planea colocar el implante.

Para esto, existen diversas técnicas.

Dependiendo del defecto óseo y del cirujano que realiza la intervención, se pueden aplicar múltiples soluciones.

Aumento lateral del hueso maxilar (aumentación lateral)

En muchos casos, el ancho del hueso maxilar no es suficiente para colocar un implante.

La corrección de este defecto puede realizarse mediante el trasplante de hueso autólogo. El hueso autólogo puede obtenerse dentro de la boca, generalmente de la región de los dientes del juicio del maxilar inferior, o en casos extremos de pérdida ósea, por ejemplo, del hueso iliaco.

La aumentación lateral también puede realizarse con materiales óseos comerciales y membranas disponibles en el mercado.

Estos materiales suelen ser de origen animal (vaca/cerdo) o humanos, y su uso es completamente seguro. El material óseo en forma de gránulos crea un marco especial donde puede iniciarse el proceso de osteogénesis.

El material granular se cubre generalmente con una membrana especial (absorbible o no absorbible).

Este tipo de intervención quirúrgica también puede realizarse simultáneamente con la colocación de implantes, siempre que el volumen óseo inicial lo permita.

Existen situaciones donde la cantidad de hueso es tan escasa que no es posible realizar la colocación de implantes simultáneamente. En estos casos, se debe esperar al menos medio año después de la reconstrucción ósea para que se forme un hueso adecuado.

En el caso del trasplante de hueso autólogo (generalmente obtenido de la región de los dientes del juicio del maxilar inferior, o del hueso mandibular), el tiempo de cicatrización puede reducirse a 3-4 meses.

¿Será perfecto el resultado después del tratamiento?

En general, cuanto más pequeño y delimitado sea el defecto óseo, más predecible será el resultado.

Siempre informamos a nuestros pacientes sobre lo que se espera de una determinada intervención de reconstrucción ósea. Tanto sobre las molestias y posibles complicaciones postoperatorias, como sobre el resultado esperado.

En el caso de una reconstrucción ósea, siempre es necesario un tratamiento profiláctico con antibióticos. El antibiótico de elección es generalmente la amoxicilina, que se sustituye por clindamicina en caso de alergia.

El antibiótico debe comenzarse a tomar inmediatamente antes de la intervención quirúrgica y continuar durante una semana después de la cirugía.

Después de la intervención, es probable que aparezca hinchazón facial (edema), que suele ser más intensa el segundo día después de la cirugía y disminuye progresivamente día a día.

Para aliviar la hinchazón, es muy importante aplicar compresas frías en la zona afectada después de la cirugía.

Raramente puede ocurrir una hiperpigmentación de la piel facial debido a hematomas tisulares.

Las suturas se retiran generalmente dos semanas después de la intervención.

Después de grandes reconstrucciones óseas, donde se ha aumentado el volumen óseo, es necesario estirar la encía para cerrar la zona quirúrgica. En estos casos, puede recomendarse una pequeña cirugía de corrección gingival al final del período de cicatrización para que los implantes estén rodeados por encía adecuadamente adherida.

La presencia de encía adherida es de gran importancia para la supervivencia a largo plazo de los implantes.

¿En qué casos no se puede realizar la reconstrucción ósea?

Si una persona ha recibido previamente un tratamiento antirresortivo (por ejemplo, bisfosfonatos intravenosos o en forma de pastilla, generalmente una pastilla por semana) debido a osteoporosis, la reconstrucción ósea está contraindicada.

Estos medicamentos alteran la capacidad de defensa del hueso, por lo que en caso de una lesión ósea, puede desarrollarse una necrosis ósea (osteonecrosis), por lo que la mayoría de las intervenciones odontológicas están contraindicadas.

En pacientes fumadores, el fracaso es más frecuente, ya que el tabaquismo reduce el aporte de oxígeno a los tejidos. Generalmente, pedimos a nuestros pacientes que dejen de fumar semanas antes de la cirugía.

Siempre informamos a nuestros pacientes sobre las posibles alternativas, ya sea mediante rehabilitación con implantes o mediante la fabricación de prótesis removibles.

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